Frustración en la Plenitud.

Colaboración Especial
Feb 07, 2024Por Colaboración Especial

Nos encontramos en la etapa de plenitud de nuestra vida, aparentemente todo está resuelto, sin embargo, hay días en los que nos despertamos con una sensación de que algo nos falta, me siento vacía, incompleta, conforme el tiempo avanza, la sensación se acrecienta y llega la reflexión… ¿Qué he hecho de mi vida? ¿Realmente soy la persona que de niña soñé ser?, ¿He cumplido mis sueños o algunos de ellos? ¿Qué hay de mis metas profesionales? Todas aquellas preguntas se acumulan en tu mente y sin duda alguna, terminan abriéndole la puerta a la frustración.

Podemos echarles la culpa a mil cosas, desde una familia que no te apoya, una madre que no cree en ti y que constantemente te está comparando con el hermano modelo, aquella que cada vez que intentas emprender algo, te derriba con sus comentarios que sin querer (o tal vez queriendo) quebrantan tu propia confianza y seguridad y te hace dudar.

También podemos culpar a las circunstancias, el sentir que naciste en un lugar dónde las oportunidades para superarse son prácticamente nulas y que, en muchas ocasiones, te obligan a emigrar hacia donde alcance el esfuerzo familiar o el presupuesto, si es que lo hay. Dice el dicho que “nadie es profeta en su tierra”, y la vida se encarga de mostrarnos que muy pocos logran romper el esquema, parece ser que, para triunfar, hay que moverse de lugar.

Avanza el tiempo y no has cumplido las metas que te habías planteado, los sueños, poco a poco se tornan cada vez más difíciles de alcanzar, llega el “amor”, aquella relación por la que puedes perder la cabeza y dejar a un lado tus prioridades, empiezas a vivir una vida que ya no es de uno si no de dos. En alguna ocasión escuché un podcast, donde una pareja de psicólogos, hablaban del “enamora-miento”, su postura al respecto me parecía muy interesante, básicamente decían que cuando el ser humano se enamora, pierde la visión ante los defectos físicos o conductuales del objeto de su afecto, es decir, sufrimos un “autoengaño”, y bueno, está demás decir, que algunas personas, logran ser firmes y mantener sus sueños y metas por encima de su “enamora-miento”, pero ¿Qué sucede con  aquellas que se pierden en el camino y que sin darse cuenta, empiezan a priorizar los intereses de la relación antes que los propios?.

Sin duda, la complejidad de la vida misma nos puede poner “trabas”, hay personas que desisten de perseguir sus sueños ante la falta de recursos económicos que los obligan muchas veces a tener que luchar anticipadamente por el pan de cada día y a hacer a un lado sus sueños. Una de dos, o te dejas caer y vives lamentando lo que pudo ser o luchas el doble y te esfuerzas por conseguirlo, cueste lo que cueste.


Mujer joven moda turística vestido blanco con copa de vino blanco frente a la vista panorámica del paisaje urbano de Roma desde la terraza campidoglio al atardecer. Sitios de interés y cúpulas.


Hoy en día, cuando te enfrentas a esos días, cada vez más recurrentes, que te obligan a mirar en retrospectiva, quizá podrás darte cuenta de que los obstáculos más peligrosos son los mentales, aquellos que por alguna razón y muchas veces sin ser conscientes del porqué, te bloquean desde cierta etapa de tu vida y empiezan a limitarte.

¿Recuerdas aquella metáfora que narraba Jorge Bucay del elefante encadenado?

Cuando el elefante era pequeño, los dueños del circo lo encadenaron con un grillete atado a una pequeña estaca, el pobre elefantito daba tirones que le producían dolor y no lograba zafarse de su grillete, era demasiado pequeño y falto de fuerza para lograrlo, fue creciendo y conforme el tiempo avanzaba y los intentos del elefantito fracasaban, hubo un punto en su vida que dejó de intentarlo, el elefantito estaba completamente seguro de que no podría zafarse y escapar de su yugo. Sin embargo, el elefantito creció y se convirtió en un adulto mucho más grande y fuerte, pero no lo ha vuelto a intentar.

Aunque todos podemos imaginar, que con la fuerza de un elefante adulto, sería suficiente para remover la estaca del piso y poder liberarse, él, el que creció fracasando en cada intento, no lo sabe, su mente está completamente convencida de que No puede.

Lo que quiero decir, es que el principal enemigo con el que hay que luchar, es con nosotras mismas, con nuestra mente, nuestros miedos. No te rindas, no te bloquees, hoy por hoy, independientemente de los intentos, los fracasos, la edad, etc.  Yo te aseguro que existe gente a tu alrededor que, sin saberlo, cree más en ti que tú mismo, existe gente que te quiere y te va a impulsar a seguir intentando, a seguir explorando y floreciendo, cada día es una nueva oportunidad de hacer las cosas que en algún momento soñaste y dejaste a un lado, por cualquiera de las razones que te hicieron creer, que no podías.

La edad, tampoco es impedimento para seguir intentando, o seguir explorando nuevas experiencias que te llenen, nuevos sueños que te hagan sentir plena, aférrate a tu motor de vida que tal vez sean tus hijos, tu familia, tus amigos o simplemente tú misma, pero no desistas, como al elefante adulto, nosotras también hemos adquirido una fuerza, esa que nos da la experiencia de los años vividos, sigue luchando, no te rindas y te aseguro que por lo menos, las mañanas ya no te parecerán sin sentido.

De corazón a corazón.

Blanca Santín Coral