Las Conversaciones que Empiezan con “¿Te Acuerdas de Mí?”
Las Conversaciones que Empiezan con “¿Te Acuerdas de Mí?”
Hay mensajes que llegan como un rayo en un día soleado. Tranquila, revisando tu teléfono, cuando de repente… ¡BAM!
“Hola, ¿te acuerdas de mí?”
Y ahí estás, con el teléfono en la mano, sintiendo cómo tu cerebro corre un maratón tratando de conectar ese nombre con un recuerdo útil.
¿Ex compañero de escuela?
¿Amigo de la infancia?
¿Alguien que conociste en una fiesta en 2003 cuando aún tenías energía para fiestas?
¿Ese ligue olvidado que de repente resucitó como un zombie emocional?
Las opciones son muchas, pero el resultado casi siempre es el mismo: esto no puede traer nada bueno.
1. El Clásico Ex que “Solo Quiere Saber de Ti” (Ajá, Claro)
Seamos honestas: si un ex te escribe después de años con un “¿te acuerdas de mí?”, la respuesta correcta es “no, y tampoco quiero recordar”.
Este personaje suele aparecer a altas horas de la noche, cuando la nostalgia, el insomnio o el alcohol hacen su magia. Suelen empezar con un tímido:
🟢 “Hace tiempo que no hablamos…”
Lo cual suena inofensivo hasta que se transforma en:
🟢 “…siempre pensé que podríamos haber sido algo más.”
Aquí hay de dos:
Si te da curiosidad (y un poquito de morbo), sigues la conversación hasta que recuerdas por qué terminaste con esta persona.
Si eres sabia, ignoras el mensaje y sigues con tu vida como la diosa empoderada que eres.
2. El Compañero de Secundaria que Ahora Vende Algo
Este es un clásico del WhatsApp: alguien que no te habla desde hace siglos, pero que ahora mágicamente recuerda tu existencia porque tiene un negocio que podría interesarte.
“Oye, qué gusto verte por aquí, ¿cómo estás?”
“Te acuerdas de mí, ¿verdad? ¡Qué tiempos aquellos en la escuela!”
“Oye, ya que hablamos, tengo una oportunidad increíble para ti…”
Y, antes de que te des cuenta, ya estás atrapada en una presentación de marketing multinivel o escuchando un pitch de ventas sobre aceites esenciales, suplementos mágicos o seguros de vida.
El verdadero negocio aquí es aprender a decir:
“¡Qué gusto saber de ti! Pero no, gracias.” Y salir corriendo.
3. El “Solo Paso a Saludar” (Que Siempre Quiere Algo Más)
Luego está esa persona que insiste en que solo quería saludarte y ver cómo estás.
Claro, porque todos sabemos que la gente que nunca en su vida se ha preocupado por ti, de repente se despierta un martes y dice:
💡 “Voy a saludar a esta persona que no veo desde 1998, porque sí.”
Sí, claro.
Si realmente fuera un simple saludo, la conversación se quedaría en:
“Hola, ¿cómo has estado?”
“Bien, gracias. ¿Y tú?”
“Bien también. Bueno, cuídate.”
Pero no. Siempre, siempre hay una segunda intención oculta.
Cómo Responder Sin Perder la Cordura
Aquí algunas opciones de respuesta dependiendo del tipo de intruso digital que se aparezca:
Para el ex sentimental:
“¡Claro que me acuerdo! De hecho, aún tengo tus mensajes en mi carpeta de ‘errores de la vida’.”
“Lo siento, pero mi terapeuta me dijo que no reviva traumas innecesarios.”
Para el vendedor disfrazado de amigo:
“¡Qué bueno saber de ti! ¿Sabes qué me vendría increíble? Un filtro anti-mensajes de ventas.”
“No, gracias, ya tengo todos los aceites esenciales que necesito (y ninguno los he usado).”
Para el random que aparece sin razón aparente:
“Sí, me acuerdo. Pero dime la verdad: ¿quieres dinero, consejo o que te ayude con algo?”
“¡Wow! Qué sorpresa… ¿qué te hizo pensar en mí después de tantos años? ¿Un sueño premonitorio?”

🍷 Esto es como un Merlot
Agradable, clásico, pero no siempre bienvenido. Un buen Merlot es delicioso en el momento adecuado, pero si lo dejas abierto demasiado tiempo, empieza a perder su encanto.
Así que, si alguien aparece de la nada con un “¿te acuerdas de mí?”, recuerda: hay conversaciones que se disfrutan, y otras que es mejor dejar en visto. Y si realmente te importa, al menos podrías traer una botella de Merlot de verdad. Mientras tanto, ¡Salud! 🍷