Regalos que NO queremos a los 40 y más en Navidad

ZASA
Dec 25, 2024Por ZASA

Regalos que NO queremos a los 40 y más en Navidad (sí, estamos hablando contigo, tía Marta)


Ah, la temporada navideña. Luces, villancicos y esa clásica conversación con nuestra familia: “¿Qué quieres de regalo?” Tú lo dices claro: “Algo útil, bonito, pero no demasiado costoso”. Y aun así, aparece el paquete con ese algo que te hace pensar: “¿Esto fue un chiste o un ataque personal?”.

Para evitar más decepciones este año, aquí va una lista sincera de lo que NO queremos recibir a los 40 y más. Por favor, tómenlo como un servicio público.

 
1. Nada que diga "anti-edad"
¿En serio, Marta? ¿Una crema que promete borrar 10 años en dos semanas? Primero, sabemos que eso no funciona. Segundo, ¿por qué sientes que necesitamos “borrar” algo? A esta edad hemos ganado cada línea de expresión con risas, llantos y tres décadas de paciencia.

Lo que preferimos: Un buen sérum (sin que nos digas para qué), un facial relajante o, mejor aún, un cupón para una escapada de spa donde no tengamos que escuchar críticas “constructivas”.

 
2. Tazas con frases cliché
Sí, esas que dicen cosas como: “Reina de la casa”, “La mejor mamá del mundo” o (peor) “Vieja pero con estilo”. Ya tenemos suficientes tazas para abastecer un café hipster. Y esas frases... simplemente no.

Lo que preferimos: Si quieres darnos algo para el café, hazlo bien: un buen café gourmet o una suscripción mensual. Y si insistes en la taza, al menos que tenga un diseño bonito, no algo que encontraste en el pasillo de liquidación.

 
3. Más velas
Apreciamos el detalle, de verdad. Pero a estas alturas tenemos tantas velas que nuestra casa parece un altar de día de muertos... permanente.

Lo que preferimos: Una linda lámpara, un difusor de aromas o, si quieres seguir por el camino de lo aromático, un set de aceites esenciales decentes. Pero velas... por favor, basta.

 
4. Objetos de "decoración genérica"
Nada dice "no sabía qué comprarte" como un cuadro con frases como “Vive, ríe, ama” o un florero que no combina con nada en tu casa. Por favor, no conviertas nuestra sala en el pasillo de ofertas de una tienda departamental.

Lo que preferimos: Si te preocupa el diseño, opta por algo personal: una planta bonita, una pieza artesanal de la región o incluso una tarjeta de regalo para elegir nosotras mismas.

 
5. Libros de autoayuda... dudosos
Una cosa es regalar un libro inspirador que hable sobre viajes, aventuras o historias fascinantes. Otra cosa es regalarnos títulos como “Cómo reinventarte después de los 40” o “El secreto para envejecer con gracia”. Amiga/o, ya estamos reinventándonos, y lo estamos haciendo genial, gracias.

Lo que preferimos: Un buen libro de ficción, una novela atrapante o una biografía interesante. Si no sabes qué regalarnos, ve por lo seguro: una tarjeta de regalo para la librería.

 
Entonces, ¿qué queremos?
Es más fácil de lo que parece:

Experiencias únicas (una clase de algo divertido, una escapada, una cena en un buen restaurante).
Detalles útiles y de calidad (un pañuelo bonito, una joya discreta, un gadget que realmente facilite nuestra vida).
Tiempo para nosotras mismas (un día libre sin responsabilidades, babysitting incluido si aplica).
 

Madre enseñando a su hija cómo preparar galletas navideñas


Lo que realmente importa en Navidad (y lo que no)

La Navidad no debería ser un momento para recordarnos nuestra edad con cremas "anti-edad" o llenar nuestras casas con objetos que terminarán relegados al armario del olvido. Se trata de cariño, de risas, y de pequeños detalles que realmente nos alegren el corazón (y no nos obliguen a practicar nuestra sonrisa falsa de "gracias, era justo lo que no sabía que no necesitaba").

Querida, si algo de esta lista se cuela bajo tu árbol, respira hondo, sonríe, y recuerda que siempre puedes recurrir al viejo arte del re-gifting. Porque si algo hemos aprendido a estas alturas, es que los deslices navideños no son más que oportunidades disfrazadas para regalarle a otra persona algo que probablemente tampoco quiera.

Pero, en serio, más allá de los regalos, lo que cuenta son los momentos que compartimos, las risas que surgen (incluso si son sarcásticas) y la calidez de saber que, con o sin el "obsequio perfecto", estamos rodeadas de quienes realmente importan.

Así que este año, enfoquémonos en regalar cosas que valgan la pena: tiempo, abrazos, buenos recuerdos y, claro, un poquito de sarcasmo para condimentar las fiestas. Porque al final, el mejor regalo siempre será ese que no se puede envolver: el amor, la presencia y, si me apuras, un cóctel bien preparado.

¡Feliz Navidad, querida! Y que este año no tengas que fingir que amas otra vela o una taza con frases cursis. 😉🎄